Tetelestai: “Consumado es”
Ésa era la palabra que antiguamente se escribía al final de las facturas pagadas, al igual que hoy en día se pone el sello: «cancelado»..
Esta palabra fue la que pronunció el Señor Jesús en la cruz después de haber acabado la obra que el Padre le había encomendado (Juan 17:4). ¡Qué maravillosa palabra! La deuda que teníamos con Dios debido a nuestros pecados quedó cancelada. Dios no nos pedirá nada, salvo creer en el valor expiatorio del sacrificio de Jesucristo.
Todo lo que usted quisiera añadir a la obra de Jesús le quitaría valor y la declararía insuficiente. Dios mismo la ve perfecta y dio pruebas irrefutables de su plena satisfacción. Primero resucitó a Jesús de entre los muertos y, después de haberlo dejado cuarenta días más en la tierra, lo llevó a la gloria y lo sentó a su diestra. “Dios… le resucitó de los muertos y le ha dado gloria” (1ª Pedro 1:21).
“Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:9-11).
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